Cuando mi hija, que tiene 7 años, comenzó a aprender a leer, nunca imaginé que el verdadero reto vendría después: conseguir que le gustara la lectura. Porque cuando entendió que las letras significaban algo, que formaban palabras y frases que tenían un significado, la novedad hizo que demostrara un interés verdadero y quería descubrir más. Pero después del descubrimiento inicial, vino la pérdida de interés. Su profesora nos dijo que era adecuado que leyeran unos 15 minutos cada día, y a la hora de ponernos a leer ¡todo eran excusas!
Si estás en una situación similar, y te preocupa que tus hijos no tengan mucho interés por los libros, quiero compartir algunos consejos y trucos que me han funcionado para conseguir que a mis hijos les guste leer.
Haz de la lectura algo divertido y no una obligación
Uno de los errores que cometí al principio fue hacer que la lectura pareciera una tarea. Con el tiempo, descubrí que si le damos a nuestros hijos libros relacionados con sus intereses, la lectura se vuelve mucho más atractiva. En lugar de insistir en que lea cualquier cosa, hay que buscar temas que les interesen. Puedes ir a una biblioteca pública y que sea tu hijo quien elija los libros, siempre que sean adecuados a su edad. Puedes ofrecerle libros de chistes, cómics y hasta recetas. ¡La lectura no tiene que ser aburrida!
Crea un ambiente de lectura en casa o incluso un rincón chulo para leer
Algo que ha marcado una gran diferencia para conseguir que a los niños les guste leer, es tener un espacio especial para la lectura. Colocamos un rincón de lectura donde puede sentarse con sus libros favoritos. Pusimos un tipi alucinante que le encantó: «el tipi de la lectura». Os dejo aquí el que tenemos nosotras. Lo eligió ella y también fue ella quien decoró el rincón con sus peluches favoritos, cojines de colores y una mantita para el invierno. Preparar este rincón lector la motivó muchísimo, y ahora lo disfruta con mucha ilusión.
Da ejemplo a tus hijos leyendo tus propios libros
Al principio, me preguntaba por qué no mostraba interés en leer, hasta que me di cuenta de que rara vez me veía leyendo. Ahora, trato de leer junto a él. A veces, mientras él lee su libro, yo leo el mío, y eso ha creado una atmósfera más relajada y positiva hacia la lectura. Lo cierto es que si los adultos sembramos el hábito sano de la lectura, será más fácil que a nuestros hijos les guste leer.
Comparte la experiencia en familia o con amigos
A veces leemos juntos, por turnos para leer en voz alta. Yo leo una página y ella la siguiente, y comentamos la lectura. Esto convierte la lectura en una actividad interactiva, donde podemos hacernos preguntas o compartir lo que más nos ha gustado. Si quieres puedes hacerlo extensivo a otras familias, organizando un pequeño club de lectura, invitando a casa a algún amiguito o amiguita. Te recomendamos nuestro artículo Cómo hacer un club de lectura en familia.
Sé paciente y flexible
Lo más importante que hemos aprendido es que la lectura no debe ser una fuente de frustración ni para tus hijos ni para los papás y las mamás. A veces los niños solo quieren leer un ratito, y no pasa nada. Si se muestran reacios, intentamos no presionar. De hecho, dejar que avance a su propio ritmo ha sido clave para mantener su motivación.
Si tu hijo también pelea con la lectura, no te preocupes. Con el tiempo, y probando diferentes enfoques, es probable que encuentres algo que despierte su interés. La clave está en hacer que la lectura sea una experiencia positiva y adaptada a sus gustos. ¡Mucho ánimo!