¿Y si volvemos a las raíces? Aunque Internet nos da la posibilidad de conectarnos el mundo, los juegos tradicionales nos regalan el súper poder de encender la imaginación. Hoy puede ser un buen día para que tus hijos se conecten con esa magia a través de los juegos populares que tanto nos hicieron sonreír. ¿Comenzamos?
¿Qué aprenden los niños con los juegos tradicionales?
Con una tablet en la mano, los peques podrán encontrar un universo de juegos en pocos segundos; y, siempre que haya límites y supervisión, ¡no está mal! Sin embargo, hay beneficios que aportan los juegos antiguos que no tienen comparación:
- Fortalecen sus habilidades sociales.
- Encienden la chispa de la imaginación.
- Le inspiran a interesarse en actividades deportivas.
- Aumentan la confianza en sí mismos.
- Mejoran su coordinación psicomotriz y óculo-manual.
- Les enseñan a respetar normas de juego.
- Favorecen a desarrollar su concentración.
- Ayudan a tener mejor manejo de la frustración a través de la práctica.
- Refuerzan los lazos de amistad con otros niños de su edad.
- Avivan su conexión con la naturaleza al jugar al aire libre.
- Potencian sus habilidades motrices al correr o al trabajar con sus manos.
- Desarrollan la empatía al tener que ponerse en los zapatos de otros.
Juegos infantiles que puedes recuperar con tus hijos
Ahora que conoces todas las ventajas que aportan los juegos tradicionales, es hora de recordar algunos de los más conocidos:
Rayuela
¿Cómo se juega Rayuela? Fácil. Primero, asegúrense de conseguir una piedra y una tiza para dibujar 10 cuadrados en el suelo, que simbolizan el recorrido desde la tierra al cielo.
El juego funciona por turnos: el primer niño o niña debe lanzar la pequeña roca hacia una casilla; luego tendrá que saltar todas las casillas (incluso en un pie), sin tocar las líneas ni el lugar donde quedó la piedra.
Notas:
- Si la niña o el niño hace todo el recorrido sin equivocarse, debe tomar la piedra y volverla a lanzar.
- Se puede jugar individualmente, pero es más divertido con mínimo dos personas.
- Si el jugador pisa la línea o lanza la piedra fuera de las casillas debe parar y darle espacio al siguiente jugador.
- No hay un tiempo determinado para terminar el juego. ¡Solo importan las ganas de saltar!
Si quieres saber más sobre este juego tan divertido, lee nuestro artículo sobre El origen y variaciones del juego de la Rayuela.
Trompo
El trompo es un tipo de peonza generalmente fabricado en madera con una púa de metal. Con este juguete, muchos niños solían divertirse en el patio del colegio haciéndolo girar sobre su propio eje.
Para lograrlo, se necesita una cuerda o hilo para envolver el trompo y que le permita al jugador lanzarlo con fuerza. ¡Gana quien logre mantener la peonza girando durante más tiempo!
Si quieres saber más sobre el juego del trompo, cómo jugar, variaciones y curiosidades, no te pierdas nuestro artículo sobre El Juego de la Peonza: cómo se juega al trompo.
Canicas
Las canicas son pequeñas bolas hechas de un material fuerte, generalmente de vidrio, metal o cerámica, y es considerado como uno de los juegos antiguos más conocidos y preferidos por los pequeños. ¿Qué necesitas para jugar? Canicas, un piso de tierra (o tiza para pintar un círculo en el pavimento) y amigos para hacerlo más divertido.
Para jugar, se debe impulsar el movimiento de las canicas con el dedo pulgar y el dedo índice o el dedo pulgar o el dedo corazón. Aunque hay muchas modalidades, la finalidad principal es hacer chocar las canicas unas con otras y arrastrarlas hacia un hoyo hecho en la tierra. Quien logre que la canica entre en el agujero puede quedarse con todas las canicas que quedaron por fuera.
El escondite
¡Este es uno de los juegos más sencillos y divertidos! Para jugarlo se debe elegir a un niño para que cuente con los ojos cerrados hasta un número escogido por todos (10, 20, 30…) mientras sus compañeros se esconden de él o ella en un espacio previamente delimitado.
Al terminar de contar, el que la liga debe gritar “voy”, salir a buscar a sus compañeros y tocarlos para sacarlos del juego. Mientras tanto, los demás deben llegar al lugar donde el que contaba inició el juego para poder salvarse. Incluso, alguno puede decir “libro por todos” y así salvar a sus demás amigos.
Si quieres saber más, visita nuestro artículo sobre El Juego del Escondite, donde te contamos sus orígenes, variaciones, curiosidades y por qué es el juego preferido de los niños.
La gallinita ciega
¡Este juego tradicional nos encanta! Para jugarlo se debe seleccionar a una niña o niño como la gallinita ciega, a quien se le debe cubrir los ojos y dar tres vueltas en su propio eje. Luego la gallinita ciega debe ir detrás del resto de los jugadores y atraparlos. Al capturarlos, debe adivinar a quién atrapó y decir su nombre.
Piedra, papel o tijera
Para ganar este desafío un jugador tiene que escoger sobre su oponente el arma ganadora, que deberá simbolizar con sus manos. La piedra es representada con un puño cerrado; el papel con la mano extendida por completo y la tijera con el dedo índice y medio extendidos horizontalmente.
Para comenzar ambos deben decir “1, 2, 3, piedra, papel o tijera” para luego mostrar su arma. Estas son las reglas: la tijera corta el papel; el papel cubre la piedra y la piedra aplasta la tijera. Si los contrincantes eligen la misma arma, se repite la partida. ¡Eso es todo!
Pilla pilla o tula
Entre los juegos de persecución más famosos y antiguos se encuentra “Pilla pilla”, también conocido como “Tula”. «Pilla pilla» es una opción con pocas reglas y mucha diversión, y es ideal para jugar con grupos grandes.
Para comenzar, solo hace falta que haya dos o más niños con edad suficiente como para correr y mantener el equilibrio. El primer paso consiste en delimitar un área de juego; lo segundo es sortear qué participante será el primero que se la queda. Es decir, el niño o niña que tendrá que perseguir al resto y tocarlos con sus manos.
Cuando el que se la queda atrape a otro deberá gritar “Tula”, y el niño que fue atrapado debe ir detrás de uno diferente para pillarlo. En Venezuela, este juego es conocido como “La Ere”, y en lugar de gritar “Tula”, se grita “Ere”. En México se llama “La traes” y en Argentina “La mancha”. Interesante, ¿no?
La comba
Si hablamos de juegos tradicionales y al aire libre, no puede faltar la comba. Para jugar este juego, también conocido como “saltar la cuerda”, solo necesitas una cuerda y muchas ganas de moverte.
Aunque existen distintas variaciones, se puede jugar en solitario o saltando con la ayuda de dos participantes que deberán sostener la cuerda de extremo a extremo. También existen varias canciones tradicionales (que varían dependiendo del país) para cantar durante la dinámica, que hacen del juego una experiencia mucho más divertida.
Simón dice
Simón dice es uno de los juegos tradicionales más divertidos y retadores. Aunque suene bastante sencillo, es un buen ejercicio para que los más peques puedan poner en práctica sus habilidades de atención y audición.
En este juego un adulto o un adolescente debe llevar el mando, pues será él o ella quien se encargue de dar las instrucciones. El líder puede decir frases como “Simón dice: pulgares arriba”, “Simón dice: toca tu nariz” o “Simón dice: levanta el pie derecho y la mano izquierda”.
Para hacer el juego más difícil, el instructor del juego puede hacer un gesto contrario a lo que está diciendo. Por ejemplo, decir “Simón dice: sube pulgar derecho” pero subir el izquierdo para crear confusión. Quien realice una acción diferente a la que se mencione, pierde.
La papa caliente
El juego de la papa caliente, o la patata caliente, es súper sencillo y divertido. Para jugarlo necesitas un objeto pequeño (una pelota, un saquito, una papa, un kilo de frijoles, lo que sea) que representará a una papa caliente, música y un grupo de niños que quieran pasarlo bien.
La dinámica es más divertida si se juega con grupos grandes. Los niños deberán sentarse en rueda. Una persona deberá poner la música y otra tendrá que entregar el objeto a uno de los peques. Los niños tendrán que pasar de mano en mano la “papa”, pero al jugador que le quede la papa en la mano cuando detengan la música será eliminado. Gana el único en quedar invicto en la rueda.
El balón prisionero
Reúne a los jugadores: El juego se juega con dos equipos, cada uno con igual número de jugadores, por lo que primero se deben formar los equipos.
Delimita el terreno de juego: Marca los límites del campo de juego, que pueden ser líneas en el suelo dibujando dos grandes rectángulos en los que estarán los miembros de cada equipo respectivamente. Coloca una pelota: Coloca una pelota en el centro del campo de juego.
Comienza el juego: Cada equipo comienza en su mitad del campo de juego. Cuando el juego comienza, los jugadores corren hacia el centro del campo para tratar de agarrar la pelota.
Tira la pelota: Una vez que un jugador tiene la pelota, puede tratar de golpear a los jugadores del otro equipo lanzándosela. Si un jugador es golpeado por la pelota (cayendo la pelota al suelo tras ello), ese jugador es «prisionero» y debe ir a la cárcel, en la zona tras el campo del equipo contrario.
Escapa de la cárcel: Si un jugador del equipo opuesto lanza la pelota y la atrapa un jugador de tu equipo, entonces un jugador de la cárcel puede ser liberado (en caso de que hubiera). Si no hay prisioneros en la cárcel puede tirar para tratar de alcanzar a un rival.
Gana el equipo que queda consigue enviar a la cárcel a todos los del equipo contrario: El juego continúa hasta que todos los jugadores de un equipo han sido capturados y están en la cárcel. El equipo contrario gana si todos los miembros del otro equipo están en la cárcel. Si queda algún jugador en pie, el juego sigue hasta que ese jugador es capturado o hasta que se acuerda un límite de tiempo.
Policías y ladrones
Divide a los participantes en dos grupos: los «policías» y los «ladrones». El número de jugadores en cada equipo puede variar, pero se recomienda que haya al menos 2-3 jugadores en cada equipo.
Escoge un área de juego. Puede ser un parque, una casa, un jardín o cualquier espacio amplio.
Los ladrones deben elegir un lugar para esconderse, mientras que los policías deben esperar en un punto de partida. Los ladrones tienen que escapar y llegar a una zona de escape, que previamente se ha acordado, antes de que los policías los atrapen. Los policías tienen que capturar a los ladrones antes de que lleguen a la zona de escape.
Si un ladrón es capturado, se convierte en un policía y ayuda a capturar a los demás ladrones. Si todos los ladrones logran escapar, se pueden cambiar los roles de policías y ladrones para la siguiente ronda.
El juego termina cuando todos los ladrones han sido capturados o han llegado a la zona de escape.
Veo Veo
«Veo Veo» es un juego muy popular en muchos países. En él, un jugador escoge un objeto y dice «veo, veo» mientras que los demás jugadores tratan de adivinar de qué objeto se trata.
Un jugador comienza diciendo «veo, veo» y los demás jugadores responden «¿qué ves?».
El jugador que inició el juego nombra un color y, a continuación, dice una palabra que describa el objeto que ha pensado, pero solo revela la letra inicial de la palabra. Por ejemplo, si el objeto es un libro, el jugador podría decir «veo, veo, algo que empieza por la letra L».
Los demás jugadores tratan de adivinar qué objeto ha pensado el jugador haciendo preguntas, que sólo pueden ser respondidas con «sí» o «no». Por ejemplo, «¿es grande o pequeño?».
Si un jugador adivina correctamente el objeto, es su turno de elegir un objeto y comenzar el siguiente juego.
Si ningún jugador adivina correctamente después de varios intentos, el jugador que escogió el objeto debe dar más pistas para ayudar a los demás a adivinarlo.
Los Pollitos
Los «Pollitos» es un juego popular que se juega al aire libre con un grupo de amigos. Se trata de un juego de habilidad y estrategia que puede ser muy divertido:
Los jugadores se dividen en dos equipos. Cada equipo tiene un área designada como su «nido».
Uno de los equipos elige un «pollito» y lo esconde en su nido.
El otro equipo debe acercarse al nido del equipo contrario sin ser tocado por los miembros de ese equipo. Si un jugador es tocado, se convierte en «pollo» y debe regresar a su nido.
El equipo que busca el «pollito» debe intentar encontrarlo y llevárselo de vuelta a su propio nido sin ser tocado por los jugadores del otro equipo.
Si un jugador que busca el «pollito» es tocado por un miembro del equipo contrario, el «pollito» vuelve a ser escondido en el nido del equipo contrario.
El juego continúa hasta que un equipo logra llevar el «pollito» a su nido sin ser tocado por los miembros del equipo contrario.
Ahora sí, ¡a jugar!